https://www.youtube.com/watch?v=saJ3i8qNDc0
me disculpo por las muletillas de palabras aún este ejercicio me genera bastante vergüenza.
Camila Torres
jueves, 14 de mayo de 2020
respuesta a co- ponencias
Quiero agradecer a todos los participantes que se pusieron
a la tarea de leer y analizar mi ponencia, asimismo por todos sus comentarios
constructivos que enriquecen el dialogo, me excuso de antemano por el retraso de
esta respuesta a sus comentarios, he estado teniendo algunos problemas de salud.
En este pequeño apartado pretendo tanto mostrar sus comentarios como intentar
dar respuesta a los mismos.
En primer
momento se me pide claridad con respecto al ultima frase usada en mi ponencia,
la citare a continuación: “Hay que aprender a mirar desde abajo, desde la
perspectiva de los oprimidos por raza, género o clase, ya que estas son las
principales variables que determinan nuestra materialidad”. Esta frase la use
porque considero que Haraway parte de dos principios fundamentales, en los que
coincide con la teoría del punto de vista feminista: la identificación con los
oprimidos y un propósito de transformación. En este sentido, esto yo lo vería precisamente
como lo comenta la profesora Diana en su co- ponencia, que en Haraway hay un carácter
político y ese ver desde abajo estaría ligado a que una óptica es una política
de posicionamiento. Sin embargo, es totalmente claro que al haber dejado tan
suelta la idea se quedan situaciones sin analizar y en este caso esa mirada
desde abajo tiene que estar sometida a examen, descodificación, reconstrucción
e interpretación. En general, todo conocimiento debe estar sujeto a un análisis.
Seguido de esto, y siguiendo la anotación de que fui
apresurada a la hora de trabajar los conceptos y aceptando mi error, se ahonda
más acerca de la metáfora de la visión, creo que he podido ampliar un poco el análisis
de esta metáfora que como bien mencionaba me fue difícil entender, así que
gracias a las aclaraciones de mis compañeros también entiendo que el
conocimiento situado es el lugar desde donde se habla, y este lugar es la materialidad
corporal de un sujeto modelada en un proceso histórico-cultural, la objetividad
sólo es posible desde la parcialidad del conocimiento, no es un concepto
relacionado con la trascendencia, sino con la localización. Pero lo importante
no es tanto desde dónde se mira, sino cómo se mira. Asimismo, recojo acá apuntes
que se hicieron en torno a esta metáfora: “el ojo universalista en
contraposición a la visión particular, nos permite crear herramientas desde lo
que hay para buscarnos de manera situada y critica frente al mundo”(Camila
Parra) ante esto, estoy completamente de acuerdo y me ayudo a entender
precisamente que la autora procura un desplazamiento epistemológico, social y
político, del centro a los márgenes, que atienda ala visibilización y también
al reconocimiento de otros lugares. También, Juan David Contreras nos ayuda a
entender la metáfora diciendo “De tal manera la metáfora creo que apunta a la
peculiaridad, a la parcialidad de cuerpos cambiantes y a su inagotable
descubrir y transformar, de poder incluso, como ella misma lo dice de unirse a
otro cuerpo, de remendarse” esta parcialidad de cuerpos la uní con respecto a
la perspectiva que nos mostraba la profesora Diana también hablando de la metáfora
que nos muestra que la metáfora de la visión es una mirada encarnada que
pertenece a un cuerpo no abstracto sino situado, se habla entonces de una tecnología
de la mirada.
Finalmente, respondiendo brevemente al cuestionamiento
de la Profesora con respecto a la retórica, quiero agradecer por la aclaración,
admito que si lo tome más por un lado negativo en términos de confusión con
respecto a como la autora planteaba la critica hacia el método científico por
lo mismo la claridad de que el abismo se encuentra precisamente no en la incapacidad
del actuar, sino que el método científico es un discurso que se ve como la
representación verdadera del mundo y no como una de las tantas representaciones.
Para concluir, espero no haber tergiversado ninguna de
sus opiniones así como espero no haber escrito respuestas sin contenido sino
que precisamente haya logrado responder a los tantos vacíos que se pudieron presentar
en mi ponencia, finalmente también agradecer a las correcciones de forma que se
me hizo con respecto al uso de puntos y demás anotaciones que tendré en cuenta.
miércoles, 6 de mayo de 2020
Ponencia.
Conocimientos
situados: una reflexión sobre la objetividad científica.
Donna Haraway combina las reflexiones epistemológicas y
la historia cultural de la primatología, con una escritura de enfoque político en
los que denuncia los efectos del poder que se ocultan detrás de la retórica de
la objetividad científica. Siguiendo a la autora en el capítulo 7. Conocimientos
situados: la cuestión científica en el feminismo y el privilegio de la perspectiva Parcial. Haraway,
hace una crítica al positivismo y señala sus vínculos con las
perspectivas androcéntricas de la realidad. Con el fin de profundizar
en tal discusión se ha separado este texto en tres momentos. Iniciando así con
una introducción a la objetividad y el método científico. Siguiendo con la teoría
feminista en base al construccionismo y la metafora de D. Haraway. Para concluir con la objetividad parcial
y situada.
§ 1. la objetividad y el método científico.
La objetividad, al menos desde
el concepto de ciencia y con las reglas que constituyen el método científico.
Se refiere a la aspiración de la ciencia a corresponder al objeto que investiga,
mediante procedimientos colectivamente aceptados por los científicos y a
condición de evitar la influencia de factores subjetivos. Así, uno de los
sustentos principales del método científico, es la observación que se fija como
garantía de tal objetividad. Sin embargo, esa observación no suele ser del todo
transparente y limpia. Ante esto el feminismo ha centrado repetidamente su
critica hacia el concepto de objetividad.
Retomando lo dicho con antelación. La aspiración que ha tenido la objetividad
en la ciencia es la aceptada por los científicos y filósofos masculinistas que desde
el privilegio hacen sus planteamientos. Por lo tanto, las mujeres somos sistemáticamente
excluidas de la teorización del conocimiento y de la practica científica. Como Haraway
menciona “se nos prohíbe no tener un cuerpo o poseer un punto de vista o un
prejuicio en cualquier discusión.” (1995, p. 314) Todo lo que implique
conocimiento tendrá en este sentido un control por parte de los filósofos desde
el mundo de la epistemología. Esta pretendida objetividad del método científico
se termina convirtiendo en una falacia terminando en retorica. Dado que, tal
practica se manifiesta mas como “actitudes de poder y no como actitudes que
buscan la verdad.” (Haraway, 1995, p. 314) Y es bajo este aspecto que, se entra
en la dicotomía del construccionismo social porque el feminismo postmoderno planteado
por la autora considera construccionista el mostrar cómo la pretendida
objetividad del método científico es una falacia, pura retórica que convierte
en cháchara a la epistemología.
§2. Construccionismo y metáfora.
Partiendo de la idea de
que todo conocimiento es una concatenación de relaciones de poder. El construccionismo
social señala que el poder se oculta en los discursos, en las practicas e
instrumentos que se normalizan cuando se ponen al servicio de producir verdades
científicas. el ejercicio de la crítica y de la deconstrucción sería evidenciar
las relaciones de poder que se esconden tras los descubrimientos científicos o detrás
de la pretendida objetividad. así, Haraway busca proporcionar
un punto de vista que rompa con la dicotomía de construcción versus verdad. Entonces,
según este modelo de construccionismo, no habría porque sentir como mujeres
intimidación con respecto a las descripciones de los científicos acerca
de sus logros. Porque ellos siempre explican bastante acerca de la objetividad
y el método científico, pero son incapaces de actuar con respecto a sus
explicaciones. Entre la teoría y la acción hay un abismo. (Cf. Haraway, 1995,
p.315).
La autora, hace uso de la
metáfora de la visión para explicar su posición. La ciencia y la tecnología
moderna han transformado la propia observación, transformando también las
reflexiones acerca de la objetividad. Los ojos han sido utilizados para dar a
la observación un significado perverso: la capacidad de distanciar al sujeto de
conocimiento del objeto de este. Los ojos están en un cuerpo determinado
social, cultural e históricamente, al igual que otros múltiples instrumentos de
observación de los que hacemos usos; y del mismo modo en que está determinado
el objeto de conocimiento. Sin embargo, en el capitulo 7 ella propone reexaminar
esta metáfora de la visión del discurso moderno, e insiste en la parcialidad de
todas las formas de visión y contra el mito de una visión universal. De ahí que
afirme que todos los conocimientos son situados.
§3. Conocimientos situados.
La objetividad solo es
posible desde la parcialidad del conocimiento. Esta objetividad se define como
conocimientos situados. Frente a las tradicionales aspiraciones de
globalización y trascendencia de la ciencia, basadas en el carácter objetivo,
neutral y universal de la práctica científica, aquí se hace una defensa de la
parcialidad del conocimiento. La objetividad es una objetividad corporeizada,
es una perspectiva parcial Haraway dice “necesitamos el poder de las teorías criticas
modernas sobre como son creados los significados y los cuerpos, no para negar
los significados y los cuerpos, sino para vivir en significados y en cuerpos
que tengan una oportunidad en el futuro.” (1995, P.322) En este orden de ideas,
Hay que aprender a mirar desde abajo, desde la perspectiva de los oprimidos por
raza, género o clase, ya que estas son las principales variables que determinan
nuestra materialidad.
Bibliografia: D. Haraway, (1995). ciencia cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid: Catedra.
miércoles, 22 de abril de 2020
Diario n° 1
Diario n°1
Bogotá. 2020
Carta a la Empatía.
Querida
señora Empatía,
Por estos días he notado con melancolía, mi respetada señora,
que usted anda muy ausente. O tal vez va y viene, pero de una manera tan inestable
que percibirla yo casi no puedo, usted, que con su hermosa participación
afectiva nos podría iluminar en esta emergencia sanitaria, se me torna tan
lejana que hasta me cuesta pensar. Por acá todo anda nublado desde hace un
tiempo. Sin embargo, llega a mí la bella reminiscencia de su luz en días
pasados, una de la más preciadas el día ocho de marzo del 2020, en donde no me sentí
sola, su amor, querida señora; si que me abrazo ese día. Pero le cuento, que el
machismo no tiene cuarentena, nos abruma y ahoga. Bien lo dijo la canción de vivir quintana "a cada minuto de cada semana nos roban amigas, nos matan hermanas". También le cuento. Que, gracias
a un gobierno paupérrimo, muchos sufren inimaginables necesidades y la
pluralidad de conflictos no tiene escenario en el pensamiento de muchos, la
comodidad se toma de la mano con la critica y se van a dar un paseo virtual de
reproches, el incumplimiento de la cuarentena de aquellos ciudadanos que viven
del día a día tiene como respuesta la represión policial, que aunque no
sorprende si duele, el sentimiento de impotencia, mi querida señora, es el que
ilumina mis días. Tener en la mente y como dirían las tan preciadas abuelas;
atravesados en el corazón, a mis compañeros de aula que hoy se debaten entre las
necesidades básicas de supervivencia y la educación, que parece hoy, más un
tema de privilegio que de derecho fundamental. Señora Empatía. Tal vez, la ansiedad nos este
ganando esta batalla, pero la seguimos esperando a usted con los brazos
abiertos, cada cual esta lidiando y tejiendo su vida lo mejor que puede. No se
honestamente si esto es un relato mal escrito ni por qué me tiemblan las manos,
si es una súplica, un desahogo o una oración; al cielo o al suelo. Realmente no
importa. Pero sea lo que sea, ojalá nos permita reflexionar, nos permita
perdonarnos y amarnos, nos enseñe a escribir mejor y a no tener miedo, que nos
permita principalmente invocarla a usted, con cualquier conjuro o hechizo, para
que por estos días entendamos más y nos nublemos menos.
Con amor,
Camila.
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